Ruta de los castros romanos

Ruta de los castros romanos

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El valle del Pas, en Cantabria, ofrece numerosos atractivos para el visitante: un paisaje espectacular, aguas termales (balnearios de Puente Viesgo y Alceda), arquitectura civil y religiosa, gastronomía (quesos, vino, helados, sobaos, quesadas…), pozas cristalinas en las que darse un chapuzón y, sobre todo, un pasado fecundo y poco conocido que ha dejado numerosos testimonios históricos. Poca gente sabe, por ejemplo, que el Infante D. Juan, hijo de los Reyes Católicos, casó en la iglesia de Villasevil; o que Francisco de Quevedo era oriundo del pueblo de Vejorís.

Al fondo el campamento romano del Campo de las Cercas y la Sierra del Dobra

Uno de los episodios más desconocidos por el visitante es el asedio a la Espina del Gallego dentro del contexto de las llamadas Guerras Cántabras que se desarrollaron entre el 29 y el 19 AC. Para aquellos aficionados al senderismo, la historia y la arqueología, la ruta de los campamentos romanos es un filón por explorar. La vía romana del Escudo fue un camino de penetración militar entre el pantano del Ebro y Santander al servicio de los campamentos romanos que se instalaron en los altos del Pas durante el tiempo que llevó pacificar la región de Cantabria. En la actualidad tiene 35 km de longitud y, aunque en muchos lugares apenas quedan huellas de su existencia debido a la superposición de pistas y caminos agropecuarios, resulta de gran interés para entender el conflicto bélico y, como discurre a gran altura, permite disfrutar de unas maravillosas vistas sobre los valles adyacentes.

El tramo que proponemos se inicia en la aldea de Quintana de Toranzo y culmina en el campamento romano del Campo de las Cercas. A unos 700 metros de altitud, desde este enclave privilegiado se podía mantener contacto visual con otros campamentos (Cildá, la Espina del Gallego y el Cantón), con los castros de las Sierras del Dobra e Ibio -objeto de asedio- y con la bahía de Santander (el antiguo Portus Victoriae por el que llegaron refuerzos romanos). Por el camino pueden contemplarse túmulos de la Edad del Hierro, paisaje de turberas en el que no es difícil encontrar fósiles de ammonites y similares, y el recinto de Las Matas del Castillo, aún sin excavar, pero que se encontraba en el corazón del asedio, lo que hace suponer que pudo ser un castro indígena.

 

Restos de muralla en el campamento romano del Campo de las Cercas

Vistas desde la Collada

 

Para los muy interesados, esta ruta se puede completar con la calzada romana que atravesaba el vecino valle del Besaya uniendo Segisamo (actual Sasamón) con el Portus Blendium (Suances) y que aún conserva pavimentados unos 5 kilómetros de recorrido. Pueden visitarse, también, las ruinas de Iuliobriga, la ciudad romana más importante de la antigua Cantabria y el asentamiento de Camesa-Rebolledo.

¡Vayan preparando las botas!

Juliobriga. Recreación Domus romana

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